martes, 7 de junio de 2016

ROCKS THAT BLEED - crítica

  ·Título: Rocks That Bleed 
·Dirigida por: Bertie Guilbert/Sammy Paul 
·Duración: 26 minutos 
·Sinopsis: Tras ser alertados sobre extremas condiciones meteorológicas, dos hermanos deciden reencontrarse después de año y medio de escaso contacto durante el cual las diferencias que los separaban desde niños han aumentado con creces. Sidney es un joven y exitoso artista cuya personalidad retraída le ha dificultado hacer amigos. Por otra parte, Joe es algo más mayor, extrovertido  y sociable. Poco a poco, irán superando la barrera que les separa en lo que podría ser su último encuentro.  
 Tras leer el argumento, erróneamente asumí que este corto se trataría de una historia de ciencia ficción pero, adentrada tan sólo unos minutos pude ver que refutaba cualquier expectativa generada. Rocks That Bleed no es, ni mucho menos, una historia de fantasía fácil de entender, sino que se presenta como un estudio de dos personajes principales que casualmente se ambienta en una situación poco alentadora para ambos. El tono de las conversaciones que mantienen y el alejamiento de un exceso de efectos especiales hace que una historia realista sobre el desarrollo de su relación se mezcle fluidamente con el hecho que les lleva a su situación actual (que no revelaré para mantener su ambigüedad, que sigue hasta el final y nunca sucumbe a una explicación clara)Lentamente, esta historia se va descubriendo con un diálogo lo menos revelador posible para mantener al espectador esperando y deseando saber más. 

A medida que se desarrolla la historia, son sólo las sutiles pistas que se extraen de su conversación las que nos pueden explicar el contexto de estos dos personajes, sus vidas anteriores y lo que están a punto de vivir. El hilo argumental se ve interrumpido varias veces por algunos flashbacks que irán desvelando detalles sobre la relación de los dos personajes principales, pero a la vez creando más dudas sobre el porqué de las dificultades que sufren. Estas cortas escenas son los que libran al cortometraje de ser unidireccional o pesado, ya que su cinematografía es más simple y luminosa y los diálogos, ligeros y fáciles de seguir, ayudando a compensar por la evidente falta de comunicación mantenida hasta al menos la mitad del metraje. A pesar de (o gracias a) la que este corto da que pensar sobre la mera naturaleza de algunas de las cualidades y  sentimientos más humanos que se pueden representar: la envidia, el egocentrismo, la tristeza. 

El toque final que hace de Rocks That Bleed un corto digno de atención es su banda sonora. La ambientación y música de Tom Rosenthal le da ese tono nostálgico y trascendental que siempre se ha de esperar en los trabajos de Bertie Guilbert. Lejos de pretencioso, Rocks that Bleed expone e intenta responder a una pregunta sobre lo más profundo de los humanos: ¿qué haríamos en el evento de saber que este sería el último día, la última oportunidad?  

Tal vez seguiríamos siento iguales, aunque el tiempo parezca estático. Seguir viviendo igual que siempre, preocupándose por cosas triviales, asumido ya el final. 

tráiler
corto completo: [enlace]

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